lunes, septiembre 04, 2006

Sobre La Elegancia

Cada mañana, mis obligaciones laborales me llevan a desplazarme por uno de los sectores más "elegantes" de la ciudad. Mientras hago mi recorrido por las calles, la elegancia, palabra ilustre, larga, esbelta y a mi parecer de color azul transparente, busca refugio en el cielo para no ser emparentada con actitudes que tienen mucho más que ver con el poder adquisitivo y la simple apariencia, que con la distinción en si misma.
Todos los días, me topo con mujeres "elegantes".
A muchas las veo transitar, otras llegan a donde estoy.
De las que veo andar, pocas veces siento curiosidad por imaginar su mundo. Las percibo como pájaros enjaulados en la vanidad y el temor, andando todos los días sobre delgados tacones que les separan los pies de la realidad terrena y les quita la armonía al andar.
De las que llegan a donde yo estoy, la proximidad me lleva a imaginar. Me resulta imposible sentir por más de dos minutos el perfume de alguien sin comenzar a recibir oleadas de información.
Veo todo tipo de mujeres elegantes... un pequeño grupo de estas mujeres, son personas sumamente gratas, que miran a los ojos y sonríen aunque sea con seriedad. Por lo general, tienen más de cincuenta años, por tanto, pertenecen al tiempo educativo en que los padres enseñaban la sagrada trinidad del comportamiento: saludar, dar las gracias y despedirse. Pero las veo grises, sin color adentro ni fuera de ellas. El peso de dos listones de oro cruzados colgando del cuello, con el correr de los años las lleva a mirar el suelo con precaución y a sentirse seguras en la vía de lo mínimo y lo austero.
Hay otras que simplemente no saben por donde andan, ni como es que su cuerpo camina. Se mueven como programadas por un burdo titiritero electrónico, siendo totalmente inexpresivas en sus actos. No modulan y apenas hablan... A este grupo pertenecen algunas de las mujeres más hermosas que he visto en mi vida, jóvenes, delgadas, altas, de facciones preciosas, con la mirada opaca y la pasión muerta, deshabitadas de si mismas... La curiosidad me pica tratando de imaginar como demuestran el enojo, el descontento, el amor... a que anoréxico recurso emocional echarán mano para "sentir" algo parecido a un orgasmo...
Conozco también a otras "elegantísimas" señoras de por acá, que son el grotesco resultado de años de escasez económica y arribismo galopante... ellas andan por el mundo despotricando a viva voz, encontrando todo horrible y carísimo, pidiendo rebajas en todas partes, muy encaramadas en terraplenes de doce centímetros, apretadas en un celulítico pantalón de moda y dejando una estela borrachienta de sudor mezclado con algún perfume que lleva el nombre de alguna cantante afro -americana- latina -.despilfarradora – traidora de sus raíces y muy, muy fashion. Gastan y comen gracias al gentil auspicio de sus maridos, tiran la tarjeta de crédito en la cara a la hora de pagar, piden veintecuotaspreciocontado hasta para comprar un par de cebollas y se van a sus mansiones creyendo ser las sultanas de una sociedad sin aristócratas, que vive de las apariencias y se contagia entusiasta de la peor pandemia labrada por el ser humano... la superficialidad.
Siempre he sentido que la elegancia tiene relación con ser considerado frente a la sagrada condición de existencia del otro, pedir permiso para interferir en un campo energético ajeno, llegando a sintonizarnos fluidamente con el medio, teniendo la elegancia como función de fondo el enseñarnos a ser ecoconscientes...
Pero la auténtica elegancia, ya pasó de moda. No se exhibe en vitrinas, ni tampoco se luce en la publicidad... es más práctico vender la elegancia en una cartera con una sigla de tres letras montadas, que reunir en una sola persona sus condiciones; la gracia, la nobleza y la sencillez...

9 comentarios:

OZNES dijo...

lindo lugar...
obviamente tienes mucha niñez encima, que bueno, eso es como un oro transparente, que un tigre custodia en los sueños de alguién

Eduardo Varas C dijo...

Natalie, sin duda en la actualidad todos los sentidos los da el 'status' y cómo se vende esa ilusión...

La elegancia, concuerdo contigo, ahora pasa por una marca, más que por un diseño o una aceptación de que dicha vestimenta te quede bien...

Excelente la furia que manifiestas

Dalila dijo...

Yo añoro la elegancia de Audrey Hepburn, aunque ya es un lugar común.

Buen Post. Me gustó lo de "vaciadas de sí mismas". Es esa belleza gélida, en bandada. No dice mucho, salvo un perfecto acondicionamiento a la prenda de vestir y su bien estudiado caminar.

Prefiero la violencia...

Luis Herrera dijo...

Excelente observación... eso de azul lo mecionó Neruda alguna vez, dijo que por Federico García Lorca pintaban de azul los hospitales, es decir, le daban elegancia a lugares tristes.
Claramente esa raza ventajosa, aragana, ambiciosa, prepotente es a lo que muchos apuntan y desean ser cuando exigen que estudien carreras que den plata, cuando son capaces de vender el alma (y otras cosas) por escalar en una empresa.
Denle poder o dinero a un chileno (o cualquier nacionalidad) y te escupirá en la cara.

Yo feliz aquí, en este barrio marginal y delincuencial, que al menos es sincero en su vulgaridad y magna estupidez.

un abrazo

Natalie Sève dijo...

Dalila, yo también extraño la elegancia de A. Hepburn, ella era una mujer que además de ser muy glamorosa, trabajó con muchos niños carenciados alrededor del mundo, de manera discreta y con una preciosa sonrisa aunque estaba muy enferma de cáncer al final de su vida...eso es belleza, elegancia y estilo.

El Apestado dijo...

"El bruto se cubre, el rico se adorna, el fatuo se disfraza, el elegante se viste". (Honoré de Balzac)

Y el apestado apesta (El Apestado)

Anónimo dijo...

Hola Nata!
Como siempre cada vez ke leo tus textos, me llevas devuelta a esos lugares, temas y personajes conocidos, como de una vida pasada, en la cual solo disfruto las memorias.
Que estes muy bien, muchos saludos desde la nueva burguesa sociedad sueca.
kram!
BErni

Natalie Sève dijo...

MMMM...Cabro Gamarra, me tinca que tú eres el verdadero espía...o quizás nos hemos tomado una copa de vino en alguna de esas "galas" a las que según tú yo voy??...déjame decirte que en el porcentaje de la sangre has abundado, solo tengo un 50% de francesa un 25% de noruega y un 25% de chilena, gracias a esta mezcla letal conjugo elegancia, frialdad y astucia para analizar a mis blancos a espiar....jejejeje...

Enrique de Santiago dijo...

Esto me recordó lo de ayer, en Vitacura, en la inauguración, todos con sus mejores "pintas", pero bajó de pronto un viento gélido de espanto, y todos se cagaron de frío, menos yo el más torreja, bien aperado con mi tosca bombers